Tanto la propietaria de esta muñeca como yo estábamos impacientes por ver el cambio, pero hay casos complicados y este ha sido uno de ellos. Todo el vinilo se había oscurecido y amarilleado. Incluso el blanco de los ojos era de un amarillo intenso, no producto del óxido, sino posiblemente de una exposición directa al sol. Sus pestañas estaban incompletas y prácticamente transparentes. El cuerpo de tela estaba descosido en partes, incluso de las piernas y los brazos. El relleno era el original pero había mermado y se había apelmazado. Mostraba también manchas de tinta y de algún otro producto que aún no he podido identificar. También la cabecita tenía restos de pintura por haber estado apoyada en la pared. Pero aún así era una muñeca muy bonita. Tuve que valorar su estado a través de fotos y reconozco que aunque me equivoqué al evaluar la dificultad, sí acerté en las posibilidades que tenía. Ni su propietaria ni yo sabíamos que muñeca era, lo que dificulta siempre la restauración.
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